El recordar nos arrastra al pasado y este lleno tal vez de momentos muy buenos o situaciones verdaderamente malas que no nos gustaría revivir.
Muchas personas vivimos en este presente con pasados que nunca volverán y de esto si que hay ejemplos en la vida de todos, pero también hay quienes vivieron en carne propia una tormenta en sus días pasados y solo la paz del presente reconforta un poco el espíritu.
A todos se nos da por recordar un amigo perdido, compañeros ideales, empleos ejemplares, paseos extraordinarios, bailes o sitios que posiblemente ya no están.
Lo importante del día a día es llenarnos de valor y ajustar nuestras cargas y no dejar que el presente se llene de un pasado que no volverá, vivir el momento y aferrarnos a las soluciones no a los problemas.
Todos por perfectos que parezcamos tenemos problemas de fondo o tal vez de forma, es normal que esto ocurra personalmente, socialmente , físicamente o nuestro entorno es quien nos proporciona estas preguntas por resolver...
Solucionar nuestro pasado nos abrre las manos para recibir el presente...
Autor. Edwin Duncan Arrieta
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