Que mas mi gente de todo el mundo , he podido ver que desde lo mas lejano visitan mi pequeño rincón en la red, muchas gracias ... Me encantaría que te suscribieras a este Blog ... Bueno sin mas charlas y comerciales entremos en el tema de hoy... Cierto día una amiga me decía que durmiendo se soño teniendo relaciones de alto calibre con un amigo !... Que sera eso .... Deseo o apetito Sexual ??? pues aca ampliemos un poco de este tema que pareciera húmedo , pero es del día a día
La mayoría de las personas cuando
hablan o se expresan sobre apetito sexual se están refiriendo, generalmente, al
deseo sexual, que es la primera parte de la respuesta sexual y lo que sucede
antes de la excitación. Aunque una cosa no necesariamente lleva a la otra,
puede haber deseo y, sin embargo, no llegar a la excitación por que la
bloqueamos o impedimos su expresión por razones sociales, educativas, momentos
inadecuados, etcétera.
El apetito sexual nace
primeramente en el cerebro, ya sea por estímulos que pueden provenir de la
propia persona (fantasías), o por estímulos exteriores (visión de una mujer
hermosa o de un hombre atractivo). En el cerebro se producen una serie de
cambios mediados por la liberación de sustancias químicas que condicionan y
desencadenan el deseo sexual, llevando a la materialización de lo que
denominamos apetito sexual.
Los sistemas y aparatos
involucrados en el apetito sexual, tanto en hombres como en mujeres, son los
mismos. Es activado por el sistema nervioso central (específicamente el cerebro
y el hipotálamo) y el sistema endocrino, con la producción de hormonas. Sin
embargo, no todo queda reducido al funcionamiento de estos dos sistemas, ya que
existen otros elementos moduladores externos, como la educación, los valores y
vivencias familiares, las creencias religiosas y las costumbres culturales que
determinan nuestras actitudes y modo de actuar.
¿Se le llama “apetito” sexual porque es una necesidad biológica
como dormir o comer?
No está claro que sea una necesidad biológica; pero sí es
cierto que funciona de forma parecida a los instintos básicos de la vida como
el hambre, la sed o el sueño, que no pueden ser programados o dirigidos. El ser
humano no decide cuando tendrá hambre, sed o sueño; de la misma manera, no
decide cuando tendrá deseo sexual; éste llegará solo. No es un instinto básico
porque no es indispensable para la supervivencia del individuo, aunque sí para
la supervivencia de la especie.
Como fenómeno fisiológico, el apetito sexual está muy
determinado por la testosterona (hormona sexual masculina), presente en ambos
sexos, así como por factores cerebrales-cognitivos, ambientales y
socioculturales.
¿Cuándo podemos decir que nuestro apetito sexual es anormal?
Si hay un bajo apetito sexual que impide una vida de pareja
satisfactoria o si, por el contrario, le impide concentrarse en las actividades
diarias por lo excesivo de su presentación, se debe buscar ayuda de un
especialista.
No todos tenemos la misma frecuencia de deseo sexual y no
existe un “normal” para estos casos; cada quien tendrá épocas de mayor o menor
deseo sexual en su vida, esto estará mediado por muchos factores.
Lo que debería preocuparle a cualquier persona es que la
frecuencia sexual varíe de tal modo que provoque alteraciones en su vida o en
la de su pareja. Ejemplo: si una persona de tener una frecuencia de tres,
cuatro o cinco veces por semana cae a tener deseos una vez al mes o cada mes y
medio, evidentemente algo está pasando para que esto ocurra. Igualmente, si de
una frecuencia de una o dos veces a la semana la persona comienza a tener un
deseo incontrolable de tres a cuatro veces al día, también debe ser investigado
por que algo está sucediendo. Como todos no tenemos la misma frecuencia puede
ocurrir que la pareja tengan ritmos tan diferentes, (disritmia sexual), que
puede convertirse en un problema en la relación.
El bajo apetito sexual debe ser diferenciado de trastornos
de la personalidad, los estados de depresión o ansiedad, la oposición al sexo o
problemas de pareja, entre otros.
Los seres humanos pueden atravesar estados transitorios de
“inapetencia” sexual. En estos casos, se verifica que la persona:
No tiene fantasías sexuales.
No tiene pensamientos sobre temas sexuales.
No toma iniciativas sexuales.
Rechaza las aproximaciones de su pareja sexual.
El acto sexual no le proporciona placer.
De igual modo, en el caso de que exista un exceso de apetito
sexual, o “glotonería sexual”, también es necesario diferenciar los posibles
componentes orgánicos y psicológicos. En este sentido, el impulso sexual
hiperactivo o la adicción sexual, también se ha asociado con factores de tipo
psicológico, en algunos casos nada distintos de aquellos presentes en cualquier
otra adicción. Al parecer en estas personas el coito puede excitarles pero no
satisfacerles, y la excesiva frecuencia de contactos sexuales con diferentes
parejas es una expresión del deseo de forzar la inalcanzable satisfacción.
Esta pintura me ha gustado mucho y las comparto con todos ustedes su nombre es 'Sobre la cama'. Obra de Cristobal Toral...
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